martes, 13 de septiembre de 2011

Del salario que ganes depende el grado de felicidad que tengas en la vida

A mayor retribución, mayor satisfacción personal. Un estudio reciente de Adecco refleja cómo la felicidad y el salario van de la mano: las personas de clase social alta y mejor remuneradas en su profesión son las que se declaran más felices.

Aparte del sueldo, influyen en la satisfacción laboral factores como el reconocimiento personal, el tipo de jornada (cuanto más flexible, mejor), las perspectivas profesionales o el nivel de estrés. Unas expectativas que, apuntando alto, pocas profesiones cumplen en la actualidad, aunque en mayor medida, las que siguen:

Artistas
. No es fácil tener talento ni gozar del éxito pero, una vez que se consigue, la carrera artística figura entre las más gratificantes. El 100% de los cantantes, pintores e intérpretes preguntados por Adecco confesaron sentirse felices con su trabajo.

Directivos. Conseguir que una empresa salga adelante y tenga beneficios parece que reporta mucha satisfacción. Una felicidad que crece en la medida en que los situados en lo más alto del organigrama reciben una mayor contraprestación. Según los datos de Infoempleo, un director de 'marketing' de una gran compañía puede llegar a ganar la suculenta cifra de 160.000 dólares al año.

Investigadores y profesores. Son también de los más contentos con sus labores, con la cual se sienten muy identificados.

Bibliotecarios, farmacéuticos, médicos especialistas y relaciones públicas. Quienes ejercen estas profesiones también se declaran satisfechos con su trabajo en más del 90% de los casos.

Ingenieros de software, matemáticos, analistas informáticos. En el caso de los americanos, estas profesiones figuran entre las que reportan más alegrías, según el portal de empleo CareerCast. Los puestos de trabajo en las TIC y la biotecnología destacan entre los más valorados.

Y todo lo contrario a los ejemplos citados ocurre en otras profesiones. Según las encuestas, los teleoperadores son los trabajadores más infelices, lo que se debe, en gran medida, a la poca flexibilidad horaria de sus puestos, las largas jornadas de trabajo y los sueldos mediocres (en comparación con los anteriores).

Tras los telefonistas, quienes menos satisfacción encuentran en su trabajo son los peones, meseros, limpiadores y vendedores de cara al público. Unos empleos en los que las retribuciones también son bajas.

Fuente